domingo, 29 de septiembre de 2013

Krampnitz Kaserne


La escuela de caballería de Hannover creada en 1872 era la responsable de la formación ecuestre del ejercito Alemán. Esta escuela fue trasladada a Krampnitz en el periodo de rearme Alemán después de la primera guerra mundial.Y utilizada desde 1937  hasta 1945 como sede del del nuevo ejercito motorizado,  principalmente tanques (los famosos panzer)y vehículos de apoyo.
En los terrenos utilizados para la construcción de la Krampnitz, y durante los movimientos de tierra, aparecieron los restos de un asentamiento fortificado datado entre el 1000 y el 500 AC, También fueron hallados algunos utensilios de la media edad de piedra, tales como arpones, ganchos y herramientas de piedra, y puntas de flechas, lo que indica la presencia en la zona de cazadores y pescadores. También fueron hallados diversos depósitos de bolas de bronce, cerámica y vidrio pertenecientes a épocas posteriores.
El 26 de abril de 1945 fue defendido por un unidad de la SS.  Un impacto de granada en el frontón del granero nº 13 fue el único daño que sufrió el recinto militar, que fue tomado por los Rusos, que lo utilizarían como cuartel de la 35º división a motor de fusileros del ejercito soviético, hasta 1992.
El recinto compuesto por unos 50 edificios, dispone de un club de oficiales, un teatro, sala de cine, viviendas graneros y talleres diversos de reparaciones.


Edificio del club de oficiales.


Entrada al club de oficiales.
Habitación de una vivienda, en la mayoría, la primera capa de papel eran periódicos Soviéticos
Bohardillas del club de oficiales, con los ventiladores del aire acondicionado y calefacción.


Documentos de archivos de personal y actividades.
Horma de madera de una bota militar Rusa.

Talleres en los bajos de un edificio de viviendas.
Prensa para pegar las suelas de las botas de cuero.

Tras realizar esta última fotografía, pasó el coche de vigilancia haciendo su ronda, y el vigilante se quedo tan sorprendido al vernos, como nosotros de que nos viese sentados en una escalera, totalmente relajados, después de casi dar por terminada nuestra incursión. Le hicimos un gesto con la mano indicando que ya nos marchábamos y el no se detuvo, simplemente nos ignoró.