domingo, 16 de noviembre de 2014

Penas con pan

Reza el dicho que "las penas con pan, saben menos a penas". Así, el desconocimiento de los echos que han acontecido para que este lugar se encuentre como está, hacen que la pena sea menor por como lo encontré.
Nada os puedo contar sobre el, apenas algo su la actualidad y las sensaciones, que paseando en su interior, fui descubriendo en sus estancias, pasillos, y escaleras.
La exploración es de aquellas, en que la adrenalina te sube a unos niveles peligrosos para el corazón. Desobedeciendo algunas de las normas esenciales para una buena incursión.
Primera, entre completamente solo a un edificio del que no tenia nada de información, ni de su estado estructural ni de si estaba ocupado, si tenia vigilancia. Nada de nada.
Segunda, incomunicado totalmente, me deje el teléfono en el coche, si me hubiese pasado algo, la persona que me esperaba fuera, tendría que haber sacado conclusiones y tomado decisiones por si sola. El viaje no tenia por objeto hacer abandonos. Fue algo que surgió en el camino y decidí aprovecharlo.
No pensaba que seria posible entrar, después de andar un buen tramo y comprobar que era posible entrar, no lo pensé y salte dentro por la primera ventana abierta que vi. No llevaba trípode para fotografiar en interiores oscuros.

En la primera estancia había una especie de escenario montado, lo que indicaba que algún grupo del pueblo cercano montaba allí sus conciertos. Algunas habitaciones estaban siendo usadas probablemente por indigentes.
De planta antigua, es probable que los bajos, en su primera época fuesen establos, que posteriormente convirtieron en trasteros para los vecinos. Existían lavaderos comunitarios, con caldera de leña para calentar el agua en cada una de las cuatro plantas del edificio. Había sido remodelado para convertirlo en vivienda de varias familias por planta, pero creo que inicialmente debieron ser plantas enteras dedicadas o bien a viviendas de religiosos o militares.

Algún día encontraré su historia y os la contaré. De momento esos es todo.































jueves, 23 de octubre de 2014

Ut videamus et credamus (ver para creer)

Dicen algunos de los evangelistas que Jesús tenia cuatro hermanos: Santiago, José, Judas y Simón. También se la atribuyen algunas hermanas, aunque estas no son mencionadas por su nombre(cosas de hombres). En los evangelios de Marcos se cita que mientras Jesús predicaba en en la sinagoga de Nazaret, la muchedumbre asombrada, por ser un antiguo convecino se preguntan:«¿No es este el carpintero, hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas?»

Judas fue nombrado también como "Tomás llamado el Didimo", Didimo en griego significa gemelo y Tau'ma en arameno, también significa gemelo. Por tanto es una tautología que elude mencionar el nombre real del personaje. Podría ser Tomás un hermano gemelo de Jesús

Este monasterio que os mostramos ahora, esta dedicado a Tomás, el hermano de Jesús.

Se tienen noticias de el desde principios del año 1000, aunque no hacen referencia a ninguna congregación organizada.

Financiada la iglesia por una familia acaudalada de la zona, que llego a construir dentro de sus muros el panteón familiar, mantuvo el protectorado hasta el siglo XV cuando esta familia entro en declive económico y las construcciones entraron en profunda decadencia y amenazaban peligro de derrumbe.

Fue entonces convertido en convento Franciscano por decisión del obispo de la diócesis a la que pertenecía, e iniciada una profunda reforma de los edificios. El claustro románico, fue sustituido por el actual, y la iglesia modificada, aunque conserva algunos elementos de su estructura primitiva.

A primeros de 1900 fue adquirida por los padres Camilos, que lo conservan hasta 1970. Fue entonces adquirido por una asociación de padres y familias, para dedicar sus instalaciones al cuidado de niños y personas disminuidas. En la actualidad y tras realizar algunos estudios arqueológicos, y un proyecto detallado de sus estructuras, han sido iniciadas las obras de rehabilitación del conjunto de edificios.

Aunque a Tomás se le anuncia la resurrección de Jesús, se niega a admitirla " Si no veo en sus manos la señal de los clavos y meto mi dedo en el lugar de los clavos y meto mi mano en su costado, no creeré" Ocho días después, Tomás toca con sus propias manos las heridas de Jesús en las manos y en su costado. Jesús le recrimina haber necesitado ver para creer.











































La fotografía anterior es una virgen hecha a base de sellos con la cara de este señor de ingratos recuerdos.