jueves, 25 de septiembre de 2014

Querida María....


Querida María: así comenzaba una carta abandonada en una mesita de noche de la Pensión España, escrita con el corazón en la boca, dolorosa, porque dolorosos son los abandonos, amarga, porque amargo es el sabor que deja en el alma, triste porque tristeza es todo lo que te envuelve, oscura porque ante ti no ves claridad que alumbre tus días.

Un encuentro concertado con antelación y por carta, no llega a producirse. La pareja se habían conocido, seguramente por correspondencia, ya que María, hasta días antes del planificado encuentro en la pensión España, no tenia conocimiento de la existencia de dos hijos de su futuro compañero o marido. Seguramente este echo, hizo que ella se replantease la relación y decidió no acudir a la cita. Este echo provoca en el frustrado amante una serie de preguntas amargas que pone de manifiesto en la carta dirigida a María que por desgracia o no sabemos por que circunstancias o bien no salio de la mesita de la pensión o María la dejo allí olvidada. Las dos hipótesis son probables.

Esa carta de amor truncado parece como la premonición de lo que le esperaba igualmente a la Pensión España, abandono doloroso, amargo, triste y oscuro como pocos. Del esplendor a la nada, a la destrucción.